viernes, 21 de agosto de 2009

Y se terminaron las fiestas un año más

Un año más se han ido las fiestas. Como dice Enjuto, "tal como vinieron, se fueron". A pesar de arrancar de forma bastante humilde, lo cierto es que el resultado no se puede negar que ha sido bueno. Había menos presupuesto que otros años, y quizá por ello no se esperaban grandes cosas de esta edición. Una misma orquesta para dos días, y cuyo nombre tampoco invitaba a pronosticar algo maravilloso, pero menos da una piedra, y la música en directo sigue siendo música en directo.

En vísperas las fiestas arrancaron timidamente con la actuación del humorista que la Asociación trajo. No lo hizo mal, y arrancó algunas carcajadas al público presente. Luego llegó el consabido sorteo de la televisión. Fijaos que contentos se ven a estos chicos mientras sostienen el premio que han ganado en las ferias de su pueblo:



Luego se pasó a la DiscoMovida, que sin ser mala cosa, no llega ni de cerca a la música en directo. El showman no lo hizo mal, pero como dice el refrán, "aunque la mona se vista de seda ..."

El sábado la cosa ya estaba metida en ambiente, siendo el punto fuerte la gran paella que compartiríamos todos en las Eras:


Que lo de menos es la paella, pues en estas ocasiones lo que uno va buscando es hacer algo todos juntos, aunque sea por una vez al año. Y parece ser que lo conseguimos, pues la afluencia superó a la del año pasado, y eso que la cosa no era sencilla. Al principio había mucho sitio, pero poca gente había llegado. Hacia las 3, llegaron todos los que andaban en la playa o paseando, para recoger su paella, junto a un sabroso vino de la Asociación Puente Viejo. De postre, melón fresquito.

Para el evento se contrataron a unos maestros paelleros, que podéis ver en las fotos que ilustran este post.

Por la tarde, también los pequeños tuvieron su fiesta. El payaso animador pasó por entre las mesas y todos los niños le acompañaron al observatorio medioambiental donde tuvo lugar el concurso de cuentos.


Luego llegó el teatro, a cargo de las mujeres de la Asociación Santo Tomás, que nos regalaron varias comedietas de teatro. La afluencia de gente fue bastante grande y el resultado también fue muy satisfactorio, como no podia ser de otra manera.




Por la noche, de nuevo la DiscoMovida, el Sogatira (que ganaron los solteros ... que suelen estar en mejor forma) y al finalizar, el chocolate con bizcochos en la Casa de Cultura.


El domingo sería el día fuerte de las fiestas. El día de la danza, el día que se celebra San Roque, el día especial. La misa empezó con bastante retraso, y la iglesia se llenó. Los pobres que siguieron la misa desde la puerta de la iglesia tenían que luchar contra las avispas mientras Juanjo hacía las lecturas y el ofertorio. Hacia las 2 terminó la misa y la gente se apresuró a salir para ir cogiendo posiciones para lo que vendría después. Mientras tanto, unos cuantos subimos al campanario, como ya es tradición:

Muchachos, ¡hay que empujar fuerte!



Por la tarde, algunos concursos para todos los públicos, con especial mención del Chito, un juego bastante antiguo y muy típico de los pueblos de Castilla. Armando y yo hicimos pareja, y aunque la suerte nos sonrió en la primera ronda, Juan, el alcalde, demostró que la experiencia juega un papel muy importante en este evento. Cada vez que lanzaba el disco, el chito volaba por los aires, así que practicamente desde la segunda ronda, se veía que el primer premio iba para él y su pareja. La verdad es que participar en el Chito me alegró el día. Quizá es de los eventos más divertidos que hubo. La prueba de ello es que se apuntaron más de 30 parejas de todo tipo, género y edades.

Por la noche, la orquesta Amalgama hizo su aparición y resultaron que no eran tan malos como se auguraba. También tuvo que ver que la gente estaba ansiosa de música en vivo y todo se juntó. En un camion transformable en escenario llegaron, y tras desplegar todo el decorado, empezaron a sonar. A pesar de ser domingo noche, aún quedaba mucha gente en el pueblo.



En la esquina de la Casa del Pradillo, el juego del dado y el cubilete, como todos los años, con sus almendras garrapiñadas. Jugué unas cuantas veces y la suerte me sonrió, así que me retiré muy dignamente, consciente de que la suerte cambia muy rápidamente y es mejor dejarlo cuando aún está a tu favor.

Poco antes de las 5 , los de la orquesta terminaron, y luego, las sopas de ajo en la Casa de Cultura. Para entonces llevábamos algunas peñas recorridas y unas cuantas copas en el cuerpo, no precisamente para despejar el frío, pues fue una noche especialmente calurosa, muy distinta de las de otros años donde hacía falta una chaqueta o un jersey.

Al día siguiente, poco restaba por hacer. Las fuerzas empezaban a resentirse después de 3 días de fiesta. En la Casa de Cultura, el pequeño ágape para los socios de Puente Viejo. Aunque sólo fuera por eso ya vale la pena ser socio ¿no? Mientras, se podían ver las exposiciones de fotos, así como el Castillo de Peñafiel hecho a escala.








Por la tarde, la entrega de premios en Las Eras y a la noche, de nuevo la Orquesta Amalgama.

Y hasta aquí llegó la crónica de lo que fue un año más de reencontrarse con familia y amigos. Espero les haya gustado, y si todo va bien, el año que viene por estas fechas nos veremos de nuevo.





Alejandro Valdezate
19 de agosto de 2009.

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