Bueno, este año una vez más fue patente lo flojas que andan las arcas del pueblo para las fiestas en lo que actividades se refiere. Si a principios de los 90 se caracterizaba por todo lo contrario, ahora si no es por las asociaciones directamente no hay dinero ni para actividades ni para competiciones y premios. Pero bueno, ahí es donde se nota el interés del pueblo ( y cuando digo pueblo me refiero a los que lo integran y no al ayuntamiento). ¿Que debería ser cosa del ayuntamiento? Pues si, pero o se suben los impuestos (y eso nadie lo quiere) o se juega con lo que hay. Asi que las ayudas, bienvenidas sean, vengan de donde vengan, si con eso tenemos fiestas.
Este año hubo competiciones de frontón, como es habitual, aunque menos categorías que otros años. También hubo campeonato de fútbol, de brisca, de tiro al plato entre otros clásicos. Para los niños también hubo una Gymkana y varios microjuegos para que se lo pasaran bien. También hubo un concurso de fotografía, en el que a mi parecer se apuntó poca gente. Por un lado la norma no estaba muy clara (no estaba especificada las medidas de las fotos, o si se admitían composiciones de varias fotos) y de hecho las fotografías presentadas eran muy dispares en cuanto a formato. A pesar de que hubo pocas fotos, algunas eran de una calidad y originalidad grandes.
Volviendo a las actividades, también hubo hinchables para los más pequeños como otros años, además del tren. Esta parte fue bastante polémica y muy discutida por algunos, ya que los hinchables tenían un precio de 5 euros para los no-socios de la Asociación Puente Viejo. Algunas personas cuestionaron esta decisión de poner precio a una actividad que venía dentro del catálogo de fiestas del pueblo. Sin embargo, no pienso que esté mal si se tiene en cuenta que: a) El dinero inicial lo pone la asociación Puente Viejo. b) Lo más seguro es que ni de lejos se recupere la inversión pues traer los hinchables es caro y no baja de 1.500 Euros (300 niños no-socios deberían montar para recuperar lo pagado). Lo cierto es que si uno echa cuentas de lo que vale hacerse socio, verá que aunque sólo sea por montar en los hinchables, ya vale la pena (y con más de 1 hijo se ahorra dinero). Personalmente pienso que no es dinero y que querer ver otro motivo (como el del lucro) es buscarle 3 pies al gato, pues de donde no hay no se puede sacar, así de sencillo. Si hubiera sido el ayuntamiento quien sufragara estos gastos, pues sería el ayuntamiento quien decidiría si son gratis, o tienen algún coste, pero obviamente no era el caso.
Siguiendo con los eventos, también hubo concurso de disfraces, y de baile para los mayores de 40 años.
La entrega de premios fue muy interesante, pues se intentó que todo aquel que quedara vencedor en algo tuviera su premio. Quizá lo más interesante fueron los embutidos, pues jamones y quesos se dieron cita en el frontón de las eras. Los trofeos están muy bien pero siendo prácticos, cogen polvo y luego uno se cansa de verlos. A los más pequeños se les intentó dar premios acordes con su edad, además de algunas medallas y a los mayores un pequeño reconocimiento a su hazaña.
El panorama fue muy variado y realmente con muy poco se hizo mucho, así que el esfuerzo valió la pena. Los asistentes a las fiestas quedaron bastante satisfechos de la organización, ya que la mayoría del pueblo es consciente que detrás de las fiestas está el trabajo altruista y voluntario de muchos, así que no queda sino darles las gracias por su tiempo y esfuerzo.
Volviendo a las actividades, también hubo hinchables para los más pequeños como otros años, además del tren. Esta parte fue bastante polémica y muy discutida por algunos, ya que los hinchables tenían un precio de 5 euros para los no-socios de la Asociación Puente Viejo. Algunas personas cuestionaron esta decisión de poner precio a una actividad que venía dentro del catálogo de fiestas del pueblo. Sin embargo, no pienso que esté mal si se tiene en cuenta que: a) El dinero inicial lo pone la asociación Puente Viejo. b) Lo más seguro es que ni de lejos se recupere la inversión pues traer los hinchables es caro y no baja de 1.500 Euros (300 niños no-socios deberían montar para recuperar lo pagado). Lo cierto es que si uno echa cuentas de lo que vale hacerse socio, verá que aunque sólo sea por montar en los hinchables, ya vale la pena (y con más de 1 hijo se ahorra dinero). Personalmente pienso que no es dinero y que querer ver otro motivo (como el del lucro) es buscarle 3 pies al gato, pues de donde no hay no se puede sacar, así de sencillo. Si hubiera sido el ayuntamiento quien sufragara estos gastos, pues sería el ayuntamiento quien decidiría si son gratis, o tienen algún coste, pero obviamente no era el caso.
Siguiendo con los eventos, también hubo concurso de disfraces, y de baile para los mayores de 40 años.
La entrega de premios fue muy interesante, pues se intentó que todo aquel que quedara vencedor en algo tuviera su premio. Quizá lo más interesante fueron los embutidos, pues jamones y quesos se dieron cita en el frontón de las eras. Los trofeos están muy bien pero siendo prácticos, cogen polvo y luego uno se cansa de verlos. A los más pequeños se les intentó dar premios acordes con su edad, además de algunas medallas y a los mayores un pequeño reconocimiento a su hazaña.
El panorama fue muy variado y realmente con muy poco se hizo mucho, así que el esfuerzo valió la pena. Los asistentes a las fiestas quedaron bastante satisfechos de la organización, ya que la mayoría del pueblo es consciente que detrás de las fiestas está el trabajo altruista y voluntario de muchos, así que no queda sino darles las gracias por su tiempo y esfuerzo.
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